Ignasica

Queremos ser sostenibles, debemos ser competitivos

Navegamos en un entorno complejo, donde la demanda no es boyante y donde nuestra zona geográfica está sufriendo más: Europa. Por eso, la competitividad es la brújula que marca nuestro rumbo.

Cómo fue 2024

La seguridad siguió siendo nuestra prioridad principal. Estamos muy orgullosos de nuestra cultura y programas. Nuestros empleados están muy comprometidos, así como las empresas de servicios con las que trabajamos. Hacemos una gran labor en formación y presencia en campo. Disponemos de muchos sistemas de seguridad que se ejecutan impecablemente por lo que nuestros esfuerzos hacen que no tengamos incidentes. En 2024 nos enfocamos mucho en cómo la innovación nos puede ayudar, trabajando en el diseño de sistemas intrínsecamente seguros donde convivan peatones y vehículos pesados.

En términos de producción, nos hemos tenido que alinear a la demanda existente que no ha sido del todo alta, por lo que el uso de la capacidad fue moderado, pero sin llegar a ser completo. Sin embargo, es de destacar que pusimos en marcha una modificación importante en la Planta de Polietileno de Baja Densidad que nos permite producir productos de alto valor añadido. Además, varias de nuestras plantas batieron récords de producción en 2024. Este es el camino que queremos seguir.

Asimismo, en 2025 hicimos realidad un hito que llevábamos años persiguiendo: la consecución del nivel Platino dentro del nuestro Health Culture Index (Índice de Cultura de Salud). Un reconocimiento interno global que solo de otorga a los mejores centros de producción del mundo y que pone de relieve que desde Tarragona destacamos por promover activamente una cultura saludable entre nuestros empleados.

La importancia del Cracker

En este Informe Público hablamos mucho de nuestro cracker. Os explico las razones. La industria química moderna, es decir, todo lo que disfrutamos en nuestras casas, emana de dos grandes líneas de producción química: de lo que genera un cracker y de lo que genera una planta de cloro. El cracker produce unas moléculas que son claves para todos los productos. Son la base de toda la química moderna.

No tenerlo implica una pérdida de competitividad ya que tienes que importar esas moléculas desde otras zonas, con los riesgos que ello supone en términos de suministro y costes. Por eso, tener un tesoro tan maravilloso como un Cracker en España ayuda a la autonomía estratégica del país. Ayuda a no depender de otros en industrias tan esenciales como la nuestra.

Lo que disfrutamos hoy como sociedad de bienestar, desde nuestras casas a nuestros vehículos, electrodomésticos, chips, coches o aviones, energías renovables, incluso en hospitales; toda esa química que hay ahí, ha empezado en un cracker o en una planta de cloro; o en ambas.

Por esta razón nosotros decimos que descarbonizar la industria es descarbonizar el cracker. Y por eso tenemos una hoja de ruta muy sólida para descarbonizarlo. Un plan multigeneracional que nos llevará a la química del futuro, la que nosotros queremos ser y la que la sociedad nos pide que seamos. Pero, para conseguirlo, necesitamos unas condiciones favorables, como un soporte regulatorio a las tecnologías puente necesarias (captura, uso y almacenamiento de CO2) y disponer, además, de mecanismos de subvenciones que hagan este proyecto viable.

Y no podemos olvidarnos de la Circularidad

Es la palanca definitiva donde resolveremos uno de los grandes problemas que tenemos como sociedad: la falta de recursos. ¿Tendremos materias primas para todos? Si usamos nuestros residuos como materia prima, sí. Y aquí, de nuevo, la química juega un papel fundamental. El reciclado avanzado (el químico) va a ser la gran respuesta tecnológica a este reto, además del reciclado mecánico que ya está en desarrollo. Es decir, los residuos ya se usan para volver a hacer el mismo producto del que emanan como pasa, por ejemplo, con las botellas de plástico.

Pero hay materiales que no pueden reciclarse mecánicamente. Ahí entra el reciclado avanzado. Dow está trabajando en generar materias primas que vengan a través del reciclado de basura, del reciclado de residuos plásticos, y que puedan alimentar a nuestro cracker, en lugar de materia prima fósil como se ha hecho hasta ahora. Es una evolución paulatina, porque las tecnologías aún se están desarrollando, pero que supondrá la revolución del mundo que conocemos. Y Dow Tarragona será parte de ello.

Entre el futuro y el presente

El futuro a corto y a medio plazo es apasionante pero el presente es incierto. Es difícil competir en un mercado global cuando dos de los factores más relevantes en el precio final de un producto, el coste de la materia primera y el coste de la energía, son sistemáticamente más elevados aquí que en otras partes del mundo, como Estados Unidos o China. Y que conste que cuando hago referencia a “aquí” no me refiero solamente a Tarragona o España, sino que me atrevo a hablar que es una desventaja global europea. En Dow ponemos todo nuestro empeño para que nuestras plantas operen de forma segura, fiable y competitiva, pero necesitamos un marco legal, energético y económico que nos ayude. No podemos mirar solamente al 2050 sin preocuparnos antes por cómo llegamos al 2030.